viernes, 6 de mayo de 2011

Historia de las revelaciones del Apóstol 1

LAS HUELLAS EN LA NIEVE

Nada agradaría
más al Apóstol que todos supierais cómo se me reveló (en su misma persona) y qué perseguía con su aparición y revelación. El Apóstol quiere que exponga aquí todos los sucesos que han llevado a este blog santo, santo por ser del mismo Apóstol, porque sabe que esta historia puede hacer tanto bien al alma como unos alimentos purificados.

En diciembre del año del Señor de 2007 yo era un hombre normal y, aunque no lo creáis, no siempre seguía la senda marcada por el Apóstol. Me encontraba practicando el deporte del esquí, muy de mi gusto, y al bajar una ladera descubrí junto a unos pinos unas huellas de pies descalzos en la nieve. Decidí seguirlas emocionado, impresionado, en búsqueda de la Verdad, y cuando caminé unos minutos vi a lo lejos a un hombre alto y bien barbado con una túnica carmesí resplandeciente que me asustó al principio por su influjo y su porte. Estaba sentado en un tronco junto a una cabaña, ingiriendo sus alimentos, un bocadillo creo, y yo me acerqué como hipnotizado y susurrando “es el Apóstol, el Apóstol mismo”.

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